Alicante es una ciudad llena de vida, de contrastes, de belleza y de sorpresas. También conocida como la Ciudad de la Luz, Alicante es uno de esos destinos en los que puedes perderte en playas paradisíacas y también vivir emocionantes aventuras en familia.
Sus más de 3.000 años de historia nos permiten descubrir verdaderas joyas como el emblemático Castillo de Santa Bárbara, que ofrece visitas guiadas por su interior y una impresionante panorámica de la ciudad desde su exterior.
Si eres un apasionado de la historia, tampoco puedes perderte el Museo Arqueológico Provincial MARQ, ya que es todo un referente a nivel internacional en arqueología. Y si te apetece conocer el paseo más simbólico de Alicante, te proponemos que te acerques a la Explanada, donde podrás encontrar puestos de artesanía y productos locales. Allí también te sorprenderá la Casa Carbonell, un edificio que muestra la riqueza de los antiguos fabricantes textiles de Alcoy durante la época de la Primera Guerra Mundial.
Por su parte, el Ayuntamiento de Alicante sorprende a los visitantes por su carácter histórico, por las columnas salomónicas y por las dos torres que se pueden apreciar en su fachada. El Mercado Central cuenta con elementos modernistas en su estructura y nos acerca a los productos del mar y de la huerta alicantina.
La Basílica de Santa María, la Concatedral de San Nicolás o el Monasterio de Santa Faz representan la influencia cristiana que recibió la ciudad durante años. Asimismo, pasear por Alicante es la mejor forma de descubrir los distintos vestigios que han dejado todas estas civilizaciones a lo largo de la historia.
Te proponemos continuar este maravilloso recorrido por la capital de la Costa Blanca visitando sus preciadas playas. En la ciudad, podemos elegir entre multitud de ellas como la de San Juan, la Almadraba, La Albufereta, la del Postiguet, la de Saladares-Urbanova, la emblemática Isla de Tabarca o las calas del Cabo de la Huerta. Además, desde el 2016 también puedes visitar la playa de Aguamarga en compañía de tu perro.
Cada año, las playas de la Costa Blanca son premiadas por la Unión Europea con el distintivo de Bandera Azul, que reconoce internacionalmente la calidad de sus servicios y la belleza de sus aguas y de su arena.
Y por supuesto, un viaje no puede acabar sin un recorrido por la gastronomía típica de su territorio. En Alicante, la oferta gastronómica es muy variada y completa, ya que cada uno de sus platos se basa en la reconocida dieta mediterránea. Los pescados frescos, el marisco, las frutas, las verduras y las hortalizas son la materia prima de recetas tradicionales como el caldero, la olleta alicantina, las cocas o los turrones. Mención aparte merecen sus arroces, reconocidos internacionalmente con la distinción “Alicante Ciudad del Arroz”.
El vino es otro de los puntos fuertes de Alicante, ya que la Denominación de Origen Protegida de Alicante presenta un amplio abanico de vinos, gracias a su diversidad de climas y a las distintas variedades empleadas para su elaboración.
Textro copiado de la web de Turismo Comunidad Valenciana